A Emma le han enseñado que para ser una dama Excelentísima no tieneque hablar mucho, ni tampoco bailar y, sobre todo, ha de mostrarsiempre un aspecto perfecto. Por eso, cuando pierde hasta el últimopelo de la cabeza, no duda en ponerse en las mejores manos para cubrir su calva. Lo que no sabe es las consecuencias que esto le traerá enla conservadora sociedad de Le Ville, ni en su propia vida.