El Imperio está dividido entre dos únicos emperadores: Constantino en Occidente y su cuñado Licinio en Oriente. Sin embargo, su acuerdo es efímero y la desconfianza y el odio recíproco son muy fuertes. La inevitable ruptura entre ellos solo llevará a una nueva y sanguinaria guerra civil, que consagrará a Constantino como el dueño absoluto del Imperio. Pero mientras en el seno de su propia familia existen tragedias e intrigas que arrojan una sombra sobre su figura, la fama de su tenaz adversario, el expretoriano Sexto Martiniano, sigue creciendo. No solo se resiste a bajar la bandera de la tradición ante la avanzada del cristianismo, sino también de los bárbaros. Batallas cruentas, constantes engaños y traiciones: la historia de Roma se entreteje una vez más con las vidas de personajes valientes, pasionales y, por encima de todo, humanos.